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El origen de la cocina vizcaína parte de dos puntos cardinales. El primero de procedencia popular nació en los domicilios privados desde donde se trasladó a los Txakolís, Fondas y Restaurantes, constituyendo así el embrión originario de la restauración moderna vizcaína cuyas preparaciones culinarias se basan en la alta calidad de las materias primas utilizadas. El segundo punto es de origen culto, se inicia con la apertura del "Café Suizo" en Bilbao, en 1813 y continua a lo largo de ese siglo hasta que se expande con la apertura de los restaurantes "El Amparo" y el de la "Sociedad Bilbaína", ambos con raíces afrancesadas.

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"El Amparo" (1879-1918)

En la primavera de 1879 Sebastián Azcaray y Felipa Eguileor inauguran "El Amparo" en la calle Concepción número 3, en un caserón antiguo situado en la parte más alta de la villa, de fachada tristona y severa, rodeado de huertas pero de marcado sabor típico. En el primer piso,accediendo por unos empinados escalones están la cocina y el comedor, el segundo piso se dedica a la vida familiar. En al decoración no faltan nunca centros de vidrio con frutas, alegres ramos de flores, blancos manteles y un surtido de botellas y botellones de grandes bebidas, resaltando sobre el fondo granate del comedor.

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El 9 de abril de 1881, a los 51 años, fallece Sebastián Azcaray a causa de una pulmonía dejando cuatro hijos: Enrique de 17 años, Vicenta de 15 años, Úrsula de 12 años y Sira de 5 años. Felipa, con la fortaleza que caracterizaba a una buena etxekoandre, pronto reparte tareas entre sus hijos para salir adelante. La mayor le dedica a la banca (llegando a ser subdirector del Banco de Bilbao) y a las hijas, siguiendo la tradición las educa en internados franceses para después trabajar a tiempo completo en el restaurante. Por tanto el triunfo del Amparo se debe a mujeres.

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El buen éxito le acompaño a lo largo de los 40 años que permaneció abierto al público. En el Amparo se encontraba clase media, comerciantes, industriales, banqueros, políticos, aristocracia e incluso obreros o jornaleros. A todos les unía el amor por la buena mesa. Para los asiduos resultaba obligatoria la visita a la cocina antes de sentarse a la mesa y era allí donde realmente se hacía la elección de los platos. Las suaves brisas de aromas culinarios, los apetitosos vahos al despertar las cazuelas y la amplia visión de los manjares elaborados o a cocinar. Las clases acomodadas pusieron de moda enviar, en rudimentarias tarteras de hojalata, innumerables pedidos de bacalao a todos los rincones del Estado y también del extranjero, como París. Hicieron varios envíos al rey Alfonso XIII y sobre todo al Conde Romanones, que ocupaba la jefatura del Gobierno de Madrid -gran entusiasta del bacalao del Amparo-. su receta de bacalao a la vizcaína sigue siendo referencia para los gastrónomos.


Doña Felipa falleció el 15 de febrero de 1912, a los 81 años. La madurez y profesionalidad de sus hijas hizo que continuase el éxito del restaurante.

 

En octubre de 1918 Bilbao sufre una epidemia de gripe que afecta a 373 personas. El 16 de octubre víctima de una neumonía gripal muere la mayor de las hermanas Vicenta, a los 52 años. La huída de los clientes por la epidemia y la decadencia del barrio por la prostitución obligaron a cerrar el restaurante. El 25 de marzo de 1928 fallece Sira a los 52 años y un año y medio más tarde, Úrsula a los 60.

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Úrsula y Sira recogieron en dos cuadernos manuscritos todos los platos, postres y bebidas que elaboraron su hermana Vicenta y su madre Felipa. En 2001. La Gran Enciclopedia Vasca publicó una última edición, facsímil de la primera.

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"La Busturiana" (1905-1936)

La providencia unió a dos seres, Benito Amezua, un inspector de bacalaos del muelle de Bilbao (que sabía como nadie distinguir de el bacalao, cual es la procedencia, diferencias) y su mujer, Marcelina Elesgaray cocinera iniciada en Bilbao en los secretos de la cocina., para que con ellos se mantuviera el prestigio y la tradición del bacalao en la villa vizcaína.


Fundaron en 1905 un humilde restaurante en en número 9 de la calle Hernani, junto a los muelles del puerto donde los marineros y los trabajadores del puerto se deleitaban con sus guisos. El matrimonio consciente de su misión social, acometió la empresa de lanzar al mercado el bacalao, seleccionado por él y condimentado por ella. Hasta 1936, en la parte inferior de la tienda había una taberna y en la superior, un restaurante. Fue en este local donde Marcelina, natural de Busturia, creó el famoso “Bacalao a la Busturiana”. Consiste en un bacalao al pil-pil al que se le añade un caldo de gallina con yema de huevo cocido, champiñones, guisantes y espárragos. Eran especialidades de Marcelina el “Bacalao en Salsa Verde” y al “Pil-pil”.

 

Durante la guerra europea abrieron otro establecimiento más amplio de tipo clásico, en la misma calle, el cual se convirtió en lugar de cita de todos los gastrónomos del país vasco. Las demandas comenzaron a llegar de puntos lejanos, y el matrimonio se decidió a enviar sus productos usando el ferrocarril. Ni que decir tiene que los prodigios culinarios de Marcelina solían llegaban frecuentemente a San Sebastián, Vitoria, Santander, Pamplona, Burgos, Valladolid y otras poblaciones aún más lejanas. En la época invernal durante la cual la conservación del plato es más fácil, el bacalao de “La Busturiana” ha llegado incluso hasta Sevilla.

 

Conservaba una lista de clientes regulares y ocasionales que es como un cuadro de honor para su legítimo orgullo. Aristócratas, diputados, presidentes del consejo, generales, toreros… La clientela que se hace servir a domicilio es extensísima. También entró el bacalao de Marcelina en el palacio de la Magdalena y en el San Sebastián guiado por algún experto catador de manjares. Y hasta llegó a París, siguiendo la ruta que le marcara un “gourmet”.

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"Casa Luciano" (1934-1970)

En 1888 Luciano Aguirrebalzategui abrió un chacolí en las campas de Albia Posteriormente, se trasladó a un caserío situado en las campas que existían en el lugar que actualmente ocupan el Instituto, Iberdrola y la Biblioteca de la Diputación Foral de Bizkaia. En el año 1894 se instaló definitivamente en Barrencalle Barrena, 30.

 

La filosofía gastronómica del Luciano se encontraba impresa en el encabezamiento de sus facturas: “cocina especial clásica del País”; leyenda que se quedó en blanco tras la finalización de la guerra civil. Desde su apertura su comedor estaba presidido por un gran tríptico mural, obra de José Arrue, en el que aparecían reflejadas tres estampas de la vida campestre vasca, y el santo y seña de esta casa: Comáis, Bebáis, Paguéis. En 1933 se realizaron diversas obras de ampliación del comedor del primer piso; trabajos dirigidos por el arquitecto Tomás Bilbao, quien incluyó en su decoración varios murales de Juan de Aranoa, Jenaro de Urrutia y Nicolás Martínez Ortiz.


Con el paso de los años este restaurante se convirtió en uno de los principales templos de la cocina vasca más clásica. Luciano compartía la dirección con sus hijas Carmen, Damiana, Amalia, Consuelo y Paulina y con su único hijo varón, Luciano; finalmente se puso al frente del negocio Mirentxu, una de sus nietas, en los años sesenta.

 

Las cazuelas de bacalao del Luciano se enviaban por ferrocarril en dirección a los destinos más alejados del mapa, incluido San Juan de Luz, donde Indalecio Prieto se encontraba exiliado. Entre las fórmulas gastronómicas más célebres se encontraban los chipirones en su tinta, las angulas, la merluza, el salmón, las anchoas, y sobre todo las que incluían el aderezo del bacalao, junto a un amplio surtido de postres de corte tradicional. La cocina estaba situada en el edificio contiguo al restaurante; en la actualidad, ahí está la "Taberna Txomin Barullo" (fundada por la comparsa "Txomin Barullo", ganadora del concurso convocado por el Ayuntamiento de Bilbao en mayo de 1978 para "reinventar", en parte, las fiestas de la "Semana Grande"). Su plato más famoso era el bacalao al Pilpil, con la particularidad de que ligaba la salsa como una mahonesa muy espesa.. El bacalao a la vizcaína también tenía renombre y posteriormente se hicieron célebres los pinchos de bacalao rebozado que servía en la barra.


Por allí pasaron y disfrutaron de la buena mesa muchas personalidades. Escritores como Hemingway, actrices como Ava Gardner, Lauren Bacall o Lana Turner. Reyes como Simeón de Bulgaria. Políticos como Indalecio Prieto. Pintores
como Gustavo de Maeztu. Bailarines como Antonio ó toreros como Manolete, Aparicio y Ordóñez. Todos ellos visitaron y disfrutaron en el restaurante Luciano, que se convirtió en un reconocido punto de encuentro para clientes nacionales e internacionales. El restaurante estuvo funcionando hasta su cierre definitivo en 1970.

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Con una gran trabajo de restauración de todo el local, incluida la vidriera, Begoña Izaola reinauguró el local, en 2017 bajo el nombre de "Luciano Berri". Con el ánimo de recuperar su esencia y apostar por la cocina tradicional.

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Jenaro Pildaín, "Rey del Bacalao"
Restaurante "Guria" (1948-2018)

Templo de Jenaro Pildain, conocido como el “Rey del Bacalao ”. Tiene sus raíces en otra gran cocinera, su madre, Isabel Urraza. Desde 1920 tuvo una taberna en Arakaldo. En 1948 montó en Barrencalle Barrena un bar restaurante al que llamó “La Escombrera”, dando nombre a una de sus más célebres recetas, el "Bacalao a La Escombrera". La familia Pildain instala en el mismo local el restaurante “Guría”. Jenaro se convierte en la referencia de bacalao en todas las
especialidades, no sólo en Bilbao, sino en todo el País Vasco.

 

La riada de 1983 dañó seriamente el local y el “Guria” es trasladado al número 66 de la Gran Vía, bilbaína. La decoración e instalaciones fueron reformadas en su totalidad, dando un estilo y ambiente al local de "Bistrot a la Vasca". El Guría Logró mantener la fama de ofrecer el mejor bacalao de Euskal Herria. Jenaro Hizo que el bacalao al Pil-pil fuera conocido en todo el estado. Decía: “Lo que ahora es tradicional, en algún momento fue nuevo… Yo ante quien me descubro sin reservas, es ante quien inventó el bacalao al pil-pil. Ese sí que tiene mérito ”.

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La gerencia del “Guria” a cargo de Iñaki Rodrigo, marido de Jaione Pildain, la hija de Jenaro ofrecía entre sus numerosos platos una degustación de cuatro preparaciones de bacalao que “levantaba la boina”: “Pil-pil, “Vizcaína”, “Club Ranero” y al estilo “Guria” (un pil-pil con salsa de espinacas). Desgraciadamente el Guria cerró sus puertas en octubre de 2018.

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Ángel Lorente (1940-2016), del "Bermeo" al "Club Ranero"
Alberto Zuluaga "Bacalao Zuluaga &+"
http://www.albertozuluaga.com/

Del "Bermeo" al "Club Ranero. Ángel Lorente (1940-2016), nacido en Cascante (Navarra), forjado desde abajo, de marmitón con los grandes en el Hotel Torrontegui y en el Arana de Bilbao. En verano iba al Hotel Miramar de Castro. También cocinó en el restaurante Aloha, de ahí pasó al Bermeo. Entre 1972 y 1990, dirigió las cocinas del restaurante "Bermeo" ubicado en el Hotel Ercilla de Bilbao. Comparte con otro gran maestro, Carmelo Gorrotxa (G.B.), el gran debate sobre quién inventó la "Ensalada de Bacalao" (compuesta por: pétalos bacalao, gambas, pimientos de piquillo, pimientos verdes, vinagreta y mayonesa) y el "Bacalao laminado", marco un estilo en todas las mesas. ángel llevó el bacalao al olimpo culinario.

 

Tras casarse con su compañera Pilar, el 8 de octubre de 1987, Ángel, toma las riendas de la tienda llamada "Club Ranero", especializada en todo tipo de cortes del bacalao desalado a media curación, así como sus mejores recetas y las exquisitas salsas que le hicieron uno de los mejores chefs del bacalao de la época, a finales de la década de los ochenta.


Ángel Lorente deja la cocina del "Bermeo" para recalar en la tienda, En los fogones de Alameda de San Mamés se han preparado miles y miles de tajadas de bacalao y platos varios, fruto del trabajo en equipo de su compañera y sus hijos Pili, Feli y Ángel.


Alberto Zuluaga coge el relevo de Ángel Llorente, es desde hace mucho tiempo, uno de los referentes y máximos exponentes de la cocina vizcaína. Cocinero formado en restaurantes de renombre tanto de Euskal Herria, como de otras partes del estado y del extranjero, incluyendo reconocimientos como una estrella Michelín. En 1999 decidió hacer un parón en restauración para regentar la tienda de cocina preparada más afamada de Bilbao: El "Club Ranero", tienda en la que, según su clientela, se preparaban los mejores platos de Bacalao y de la cocina tradicional vasca. Tras 10 años de exitosa andadura al frente de El Club Ranero, Alberto Zuluaga abrió junto a este, un pequeño y acogedor restaurante "Zuluaga Jatetxea" donde se elaboraba una cocina tradicional, trabajando el producto local de calidad y de temporada, siendo el bacalao el rey absoluto de la carta.


En Agosto del 2015 cierra el restaurante y en esa misma lonja abre "Bacalao Zuluaga &+", la tienda que recoge el legado del "Club Ranero". Su decoración llamativa y novedosa recuerda un puerto pesquero donde la calidad, no solo del bacalao de Islandia está más que asegurada. En "Bacalao Zuluaga &+" se puede encontrar bacalao salado, remojado y preparado de forma tradicional: bacalao a la vizcaína, al pil pil, al club ranero. La tienda prepara además multitud de recetas: croquetas de bacalao y de jamón, caracoles a la vizcaína, txipirones, hongos, guisado de zancarrón… y una amplia repostería. La tradición y el refinamiento permite llevarse a casa una cocina de gran nivel donde siempre se utilizan productos locales de calidad, frescos y de temporada.

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Restaurante "Bola-Viga" (1992-2011)
Alberdi Bola-Viga (2002-2011)

En el libro "Sabor de España" (1992) Xavier Domingo habla de un pequeño restaurante en Bilbao donde el dueño, Emilio Alberdi, solamente ofrece dos platos a sus clientes; bacalao al Pil-pil y a la Vizcaína. Este pequeño restaurante es descrito en otro pasaje como la Capilla Sixtina del bacalao, dice:

 

"En Bilbao hay un hombre llamado Emilio Alberdi. Es un vasco fornido y con cara de pocos amigos. Tiene una taberna en la calle Enrique Eguren, cerca del Estadio de San Mamés. El local es muy pequeño y muy modesto. La cocina, un reducto minúsculo con apenas un par de fuegos. Se llama "Bola-Viga" Las mesas son de formica y los manteles de papel. No hay servicio. Pero al "Bola-viga" no se va a buscar lujo, ni diseño, ni plástica.

 

Al "Bola-Viga" se va a comer bacalao. En serio. En muchos lugares de Bilbao se come muy buen bacalao. En el "Guria", por ejemplo, que es un clásico. o en el "Bermeo", y en otros muchos. Pero cuando se quiere comer bacalao como quien se inclina ante una divinidad, hay que ir a donde Emilio Alberdi. ¿Por qué? Porque en los otros sitios hay bacalao y otras muchas cosas, pero el señor Alberdi sólo hace bacalao y sólo dos recetas de bacalao. Las mejores: al Pil-pil y a la Vizcaína".

 

¡Atención!, cuando digo que hay que ir a "Bola-Viga", tengo que precisar que hay que ir... si se puede. Emilio Alberdi no admite a todo el mundo. Tiene sus clientes y sus amigos. Si no le caes bien, pues tienes que ir a comer bacalao a cualquier otro lugar, pero el suyo, ¡no!".

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Óscar Alberdi aprendió el arte de la cocina durante los veranos, con su padre, Emilio Alberdi, en el restaurante Bola Viga, uno de los grandes grandísimos templos del bacalao en Bilbao. Pero también ha tenido otros maestros, Luis Irizar, en el hotel Alcalá, Juan Mari Arzak y Mauri Guardo.

 

A finales de junio del 2001, tras haber trabajado en locales como La Taberna del Alabardero (Madrid), Roncevalles (Barcelona), Koldo Royo (Mallorca), Currito y Goizeko Kabi, decidió abrir su propio local en el Nº5 de la calle Euskalduna de Bilbao. “Alberdi Bola-Viga” fue, durante unos años, una firme sucursal del mítico “Bola-Viga”.

 

La especialidad de la casa es el bacalao. En la carta ofrece seis modalidades. Al pil-pil, que se hace con aceite virgen de un grado, y moviendo la cazuela constantemente. Club Ranero, el tradicional del Bola Viga, con verdura pochada. A la vizcaína, con salsa de pimiento choricero y, muy importante, sin tomate. Ajoarriero, con ajo, pimentón de Murcia, cebollita, pimiento verde y pimiento rojo pochados. Casco Viejo, con vizcaína gratinada y la salsa vizcaína por encima. Y el que va con salsa verde y con almejas.

 

En sus fogones componía una ensalada estilo Bola Viga, con tomate raf, cebolleta, espárragos gigantes y bonito del Norte, unas kokotxas frescas de bacalao a la plancha sobre pimientos asados que "levantaba la boina". Oscar vendía la salsa vizcaína por litros y apuntaba a un tipo de cocina tradicional, sin florituras pero con delicadeza. Por desgracia falleció en 2011.

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https://www.mulecarajonero.es/hemos-comido/item/1442-alberdi-bola-viga

Familia Alberdi - Bola-Viga
Emilio Alberdi - Bola-Viga
Oscar Alberdi - Bola Biga
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Restaurante "Nicolás" (Desde 1943)
c/ Músico Ledesma - 48001 Bilbao - Tfno.: +34 944240737
http://www.restaurantenicolas.net/

Este restaurante fue inaugurado en abril de 1943, en el número 10 de la calle Ledesma, por iniciativa de Nicolás Goirigolzarri Unibaso, oriundo de Laukiniz, quien, como muchos otros grandes cocineros, había realizado sus prácticas profesionales entre los pucheros de la Universidad de Deusto, el Hotel Torróntegui, el Club Marítimo del Abra y el Club Náutico.

 

Con el paso de los años, Nicolás Goirigolzarri se convirtió en uno de los personajes más populares de Bilbao, tras ser nombrado presidente del Club de
Gordos; organización que promovía un popular partido de balompié entre "Gordos y Flacos" y que acabó convirtiéndose en un acontecimiento clásico de la programación navideña. Al club de los gordos sólo se podía pertenecer tras demostrar una romana mínima de 120 kilos.


Contaba con una extensa y fiel clientela proveniente de los pueblos de Vizcaya, fundamentalmente de la comarca del Duranguesado. Sus paredes tenían numerosos motivos del folklore vasco. En el año 1991 toma las riendas Nicolás Fernández Blanco, junto a sus hermanos Iñaki y Víctor, cocineros de profesión, y posteriormente por sus sobrinos, Manolo y Edurne.

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En la actualidad Tintxu Fernández es el Jefe de Cocina. Empezó estudiando en la Escuela de Hostelería de Galdakao. Pasa por los fogones del Restaurante Bermeo (perteneciente al Hotel Ercilla de Bilbao) y por el Restaurante Goizeko Kabi junto a Karmelo Gorrotxa.

Antes de ser Jefe de Cocina de Restaurante Nicolás lo es también del Restaurante "El Abra" de Portugalete. En el año 1992 es elegido «Joven Valor de la Cocina Vasca» por la Asociación Bilbaína de Bilbao.

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Restaurante "Víctor" (Desde 1940)
Plaza Nueva, 2 - 48005 Bilbao - Tfno.: +34 94 415 16 78
http://restaurantevictor.com
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Una vez terminada la Guerra Civil, en 1940, Víctor Arribalzaga abre en la Plaza Nueva el restaurante de su mismo nombre, todo un hito en el transcurrir de la restauración bilbaína. Con este cocinero, natural de Gizaburuaga. Bilbao comienza a tener un restaurante al uso moderno, equiparable a lo que se estilaba por Europa.

 

Víctor aprendió el oficio con un chef ruso. Quienes trabajaron con él consideraban que poseía una sensibilidad y amor propio fuera de lo normal dentro de la cocina.


En el restaurante Víctor velaron armas muchos de los grandes chefs de la posguerra, entre ellos José María Zubía, el mejor cocinero de la época en opinión de Tomasi Torrontegi, guisandera de excepción.

 

Bajo la gerencia de Demetrio Sainz junto a su mujer Adela Termiño, el Víctor mantiene su estandarte en el pelotón de los escogidos de la villa, su hijo Javier (jefe de cocina) con una culinaria sabrosa y su hija Rebeca como jefa de sala y Sumiller, que se encara de una bodega de ensueño con más de 1300 referencias.

 

Realizan una cocina vasca con tradición y con los mejores ingredientes. Dos de sus platos estrella son el “Bacalao Víctor” (un Pil-pil con un toque de tomate que le aporta una personalidad distinta) y el “Ragú de Toro", también la menestra de verduras.

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Restaurante "Gorrotxa" (1937-2014)

A Carmelo Gorrotxategui (4 de junio 1937, Etxebarri), con 14 años su madre le introdujo como pinche en la cocina de La Bilbaína dirigida por el gran José María Zubia. pasó más tarde por el "Excelsior", donde ejercía de maestro Juan José Iturriaga. El "María Cristina" donostiarra, el sevillano La Raza y el bilbaino Koky son eslabones en el oficio de Gorrotxategi. Fichado por los Lasa para el "Machinbenta" una vez se licencia de la mili.

 

A sus 28 años Carmelo estrena el que luego seria famoso restaurante "Aloha". Con aires afrancesados. Silvino Colavidas le lleva tres años más tarde a la Estación del Norte y Gorrotxa le regala una estrella Michelín. en la misma época en que el Conde de los Andes, crítico bajo el pseudónimo de Savarin. se rinde ante su foie-gras a las uvas. Néstor Luján es otro de sus forofos en los tiempos en que, con Jesús Santos, Carmelo Gorrotxategi emprende la revolución culinaria que supuso en Bilbao la irrupción del Goizeko Kabi. Fue un 19 de mayo de 1991.

 

En diciembre de 1985. Carmelo inaugura su «Gorrotxa» en las Galerías Urquijo. Imantado a los fogones. Fue en estas cocinas donde introdujo un producto exclusivo de la gastronomía francesa como por entonces lo era el foie. Entre sus mejores platos, merece destacar su soberbia preparación del "Bacalao al Pil-pil" y al "Club Ranero".

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También recibió el "Premio Euskadi de Gastronomía" al "Mejor Restaurador en 2004". Fue inventor de recetas como la lubina a los agrios, siguió innovando desde el "Goizeko Kabi" primero y, más tarde, desde el Gorrotxa, local que regentó hasta que se jubiló.

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La Familia "Lasa"
Restaurantes: "Monterrey", "Matxinbenta" y "Lasa"

La saga de los Lasa se inicia en Matxinbenta (Beasain), de donde algunos parientes salen hacia toda la geografía vasca (Bergara, Donostia...) y del norte de Castilla (Valladolid), instalándose como posaderos.
 

En los años duros de la posguerra, un jovencísimo Dionisio Lasa llega a Bilbao, al "Hotel Torróntegui". Su hermano Luis, ya fallecido, trabajaba en las renombradas cocinas de la Universidad de Deusto. Su hermano desde México ayuda en la financiación, para la apertura del "Monterrey". Contrata a su hermano Iñaki Lasa, tras su aprendizaje en "Azaldegui" y "Nicolasa" de San Sebastián, e inician una carrera que continuará con la apertura del "Matxinbenta" (1956-2013), donde Iñaki hace de chef. En los años sesenta, la familia abre el "Lasa" en Begoña, incorporando, al trabajo y al negocio, a sus esposas (María Patrocinio Castro, ya fallecida, y María Eugenia Zabala, natural de Otxandio esposa de Iñaki). El "Lasa" de Begoña, fue la referencia del “buen gusto” de Bilbao. “Tres estrellas” antes de que Michelín guiara por España.

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La faceta de los Lasa, que más se ha transmitido a su cocina es la elegancia. Su cocina estába tocada por el buen gusto culinario, y el punto exigido en la elaboración de sus guisos. En cuatro locales se respiraba la actividad con “genética Lasa”, pero si había algo que destacaba en sus cocinas era, la “mano” de Roberto Ruiz Rabago en los fogones, y el “estilo” de José Manjarres (“bertsolari”, según Dioni) en la dirección de sala.

Ahora las escuelas preparan a los alumnos de cocina como nadie pero pocos tienen “vocación”. Se ven mucho los rostros de los cocineros con estrellas y éxito; muchos casi imberbes, pero no se explica de verdad la dureza de este oficio cada día más sustituido por lo industrial. Los jóvenes cocineros quieren “horario”, y trabajo sin responsabilidades... ó ser famosos.
Los Lasa, su generación hostelera y los cocineros que allí se han formado, han demostrado que el trabajo y las dedicación dan muchas satisfacciones.

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